Decídete a actuar con rectitud
y dirige tus súplicas a Dios.
Si estás cargado de pecado, aléjalo de ti;
no des lugar en tu casa a la maldad.
Así podrás alzar limpia la frente,
y estarás tranquilo y sin temor;
echarás en el olvido tus sufrimientos;
los olvidarás como al agua que pasa.
Tu vida brillará más que el sol a mediodía;
tus horas más oscuras serán como el amanecer.
Tendrás esperanza y podrás vivir confiado;
bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo.
Nada te asustará cuando descanses
y muchos vendrán en busca de tu favor.
Los malos, en cambio, buscarán ayuda en vano;
no encontrarán lugar donde refugiarse
y la muerte será su única esperanza.
Job 11, 13-20
Fuente: Biblia.net
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